Nuestro punto de vista

Desde la propia privatización, la grave situación que se vive en sistema ferroviario se fue agravando cada vez más. Aumento de accidentes, cancelaciones de servicios, deterioro de los vagones y las vías, hacinamiento de los pasajeros. El colapso ferroviario viene alimentando el cuestionamiento a todas las privatizaciones. A partir del estallido de bronca de los usuarios en la estación Haedo del Sarmiento, fue el icono que mostró ante todo el país la «pesadilla» que significa viajar en tren. Y volvió a salir con fuerza a la luz pública que el gobierno protege a los empresarios privatizadores, les renueva sus contratos, les permite no invertir un peso en la conservación y mejora del sistema y los premia con suculentos subsidios. El «malhumor» generado por el pésimo servicio da lugar no solo a las quejas y reclamos. Se va instalando el debate: ¿qué hacer ante el colapso? ¿Cómo tener un servicio ferroviario eficiente, que responda a las necesidades populares? Hasta ahora el gobierno de los Kirchner vienen transitando la misma senda de los gobiernos anteriores, de Menem y De la Rúa. La conducción de Pedraza y La Fraternidad son partícipes y defienden las privatizaciones. Pero un sector importante de los ferroviarios, que vienen movilizándose en defensa de sus intereses ante las patronales, cuestiona esta política del gobierno y de los dirigentes vendidos y propone otro camino. El Cuerpo de Delegados de TBA del Sarmiento, que han desplazado a la conducción de Pedraza en esos organismos de la Unión Ferroviaria, propone la anulación de las concesiones ferroviarias de pasajeros y cargas, la reestatización de todo el sistema y que éste funcione bajo el control de sus propios trabajadores y los usuarios. En esta publicación sustentan esa propuesta. Estos quince años de privatizaciones no han pasado en vano. Pocos son los que creen aún en aquella campaña de falsa antinomia que instaló el menenismo: «ante pésimos servicios estatales, las privatizaciones serían la salvación ». Ha quedado en evidencia que la privatización fue un robo, una transacción corrupta que convirtió las empresas estatales en negocios para los grupos empresariales. ¿Existe una solución? El Cuerpo de Delegados de TBA, dicen que sí, que se pueden lograr los servicios ferroviarios que hacen falta y eso es lo que proponen debatir.